27.4.07

dormir para soñar

Hay días en que no quisiera despertar…y menos si ni siquiera ha sonado el despertador. Y menos si estoy soñando de los más a gusto. Se supone que las historias están compuestas por una introducción, un momento intenso y un desenlace. Y a la de hoy le faltó lo último. A la de hoy le faltó que la protagonista de la historia reaccionara, justo cuando la emoción era tan grande que las palabras se le quedaron atrabancadas en la garganta.

Hay días en que duermo para descansar
Hay días en que duermo para no pensar
Pero hoy el motivo es diferente: esta noche juro que dormiré para intentar soñar.

24.4.07

Caminata

La fuente en la que nadaba el perro


El domingo salí a buscar una buena razón para sentirme optimista, aunque con el ánimo que tenía nada me iba a parecer suficiente…

El día estaba soleado, me tocó el conductor guapo de autobús en Alcalá, los 35º C me recordaron a mi patria caribeña…Luego llegué a Madrid: me perdí en su arquitectura; un músico del Metro cantaba una de esas canciones de Gardel que mi madre entonaba para dormirme de pequeña; me encontré con un concierto en vivo en la Plaza de Isabel II; luego me reí con lo animados que estaban los que se ponían sombreros de antaño para fotos con una cámara muy, muy vieja; me sorprendió el artista callejero que hacía música con copas de cristal; me encontré en la Almudena con un grupo de catecúmenos que generaban con su música energía capaz de mover el mundo; casi me tropiezo con la Guardia Real saliendo del palacio (con todo y sombreritos plateados, incluyendo banderines púrpura) y en la Plaza España me topé con la exposición del Día de la Tierra (y pensé un poco más en esto del cambio climático), un perro perseguía patos dentro de una fuente y un "espabilao" se subió junto con Sancho Panza al caballo de bronce…La tarde acabó cuando “descubrí” una nueva ruta de autobús que me dio vueltas por la ciudad durante una hora -estaba casi mareada-, pero me hizo encontrar muchos rincones que hasta ahora desconocía.

En fin, no es que llegara mucho más optimista. Ni siquiera logré encontrar las respuestas que buscaba. Pero no se puede decir que salir a caminar por Madrid no sea toda una experiencia, ¿verdad?