25.9.06

...de cambios y recambios...

Se supone que los cambios son buenos. Significa que evolucionamos, que no nos estancamos. De hecho, la única lengua “muerta” de la historia es la que se usa para los nombres científicos porque se sabe que no cambiará nunca.
Y me lo creo. Y me lo aplico. Y me agrada que la vida me obligue a cambiar incluso cuando no quiero, y que me ayude a hacerlo cuando sí que lo deseo. Y ahora me veo inmersa de nuevo en ese proceso. Y con lo que viene siendo un nuevo hogar, incertidumbre laboral, el inicio de otros estudios, la vuelta del frío, una beca que pende de un hilo, amistades que llegan y muchas más que se van… ya no sé dónde estaré la próxima semana, ni a qué hora he de levantarme a trabajar…
Aún así, en este proceso encargaré un par de recambios: necesito menos equipaje y más corazón. A veces incluso más perseverancia. Y lo único que sé es que hay cosas que permanecen y dan fuerzas, que todo aquello que se va a veces vuelve y que en ocasiones esperar el momento indicado no es necesariamente rendirse. Mientras no entierre la cabeza como los avestruces todo fluirá como debe hacerlo… porque en la vida, al final, todo cae por su propio peso…

8.9.06

A dos “manzanas”, dos mil kilómetros y 200 palabras de distancia


Allá en dominicana diríamos “en la curvita de la Paraguay”, para referirnos al momento justo cuando estás a punto de llegar a algún lado, o de conseguir alguna cosa. Es como cuando la noche se pone más oscura justo antes del amanecer. Y si me lo hubieran preguntado, quizás no me hubiera atrevido admitir que estoy a dos manzanas, o dos cuadras- como mejor aplique-, de un sueño que escribí hace muchos años. A estas alturas, no sé si entre tanta realidad se vale soñar, pero sí sé que como la esperanza es la última que muere, siempre lo hace estrepitosamente. Y ese es un funeral que no quiero organizar.
Así que, ahora que he reducido la distancia, que ya tengo menos kilómetros de por medio, que me faltan menos palabras…puede ser que llegue. Quizás entonces amanezca y pueda ver la meseta de Guizah. Quizás finalmente habrá valido la pena pasármela entre tanto programa y tanta enciclopedia. Quizás pueda entrar al corazón de toda esa piedra y pueda ver el amanecer desde un globo aerostático que sobrevuela el Valle de los Reyes…Y quizás, nadie lo sabe, sólo entonces podré decir que de morir, no lo haría dos veces.

6.9.06

hoy llueve en Madrid


La lluvia hoy me huele a vida.
Me recuerda cómo me tiraba en la cama para verla caer desde mi ventana en Santiago, cómo lo hago ahora desde mi habitación en Madrid.
Me recuerda aquella costumbre de tapar los espejos con una sábana, porque según mi papá son capaces de atraer los rayos.

Me recuerda el miedo de mi hermana a las tormentas y cómo siempre estaba incómoda cuando tronaba.
Me recuerda a aquella pregunta que contesté de cómo se formaban los rayos, y cómo tuve que buscar la forma más sencilla para que lo entendiera un niño de dos años.
Me recuerda a los niños que en mi país siempre se bañan en la lluvia, a la época en que yo también lo hice y en cómo me gustaría salir de nuevo a empaparme.
Me recuerda la canción de Alejandro Sanz, aquella de que “en Madrid está lloviendo y todo sigue como siempre…”, que tanto le gusta a una amiga muy querida.
Siento que todo revive, que la tierra se remoja…respiro el olor a tierra húmeda y veo las gotas caer, regalándome una paz que pocas cosas consiguen, aun cuando no haya silencio. Quizás me entusiasma porque ha sido un verano especialmente caluroso y seco, de nubes estériles. O quizás porque las noticias no paran de anunciar que las reservas de agua de la comunidad van irremediablemente bajando de nivel.
Al final sólo sé que lo lamento por los que esta tarde terminarán empapados, pero espero que llueva hasta mañana y que la lluvia me acompañe al dormir…

2.9.06

rumbo a Ítaca

Ítaca

Si vas a emprender el viaje hacia Itaca,
pide que tu camino sea largo,
y rico en experiencias y aventuras.
A lestrigones, cíclopes o fiero
Poseidón, nunca temas.
No hallarás tales seres en tu ruta
si amplio es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni al fiero Poseidón encontrarás nunca
si no los llevas dentro de tu alma,
Si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
que numerosas sean las mañanas
de verano en que arribes a bahías
nunca vistas, con ánimo gozoso.

Detente en los emporios de Fenicia,
adquiere hermosos artículos: madreperla y coral, ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos
-cuanto puedas invierte en voluptuosos
y delicados perfumes.
Visita muchas ciudades egipcias y aprende,
con avidez aprende de los sabios.

A Itaca tenla siempre en la memoria.
Llegar allá es tu meta,
mas no apresures el regreso.
mejor que se dilate largos años
y, en tu vejez, arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Un hermoso viaje te dio Itaca. Sin ella
el camino no hubieras emprendido.
Mas, ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no hubo engaño.
Rico en saber y en vida como has vuelto, comprendes
qué significan las Itacas.


Constantino Cavafis (1863-1933)