A estas horas, cuando hay silencio, ya eres libre.
A estas horas ya no puedo mandarte a callar, o evitarte a toda costa, o confundirte con el sonido de la televisión y el radio.
A estas horas, estamos solos pero no nos acompañamos. Tú existes como un fantasma y yo a veces juego a que no te escucho.
A estas horas, pienso demasiado y tú susurras más de lo que quisiera.
22.2.07
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario