22.8.06

La manada

Hoy la manada me trajo al trabajo. Salí de casa, tomé el Metro y, en uno de esos días en que me veo invadida por el siempre teórico “nada me importa”, subí al tren diciéndome a mí misma que no había razón para tener tanta prisa.

Pero al bajar para hacer trasbordo a otro tren la manada me arropó. Me contagié con su histeria, sus nervios, sus ganas de subir la escalera eléctrica casi corriendo y mientras oía el típico “Atención señores viajeros, Metro de Madrid informa…”, simplemente me dejé llevar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

WOE...me sentí identificada , creo que todos hemos algunas corrido en el metro y si lo pensamos, pues no andábamos tan apurados... traspasándolo a otros aspectos de la vida ... hay que cuidar no dejarnos llevar de la histeria de los alrededores.

Un abrazo Fuerte!
Mariela !

cj dijo...

Como yo soy la mujer de los mil recuerdos...debo decir que el caminar dentro de una estación del metro a horas de máximo trafico de pies y pisadas, me teletransporta a lugares lejanos, en donde las paredes de baldosín llenas de grafitis, artistas ambulantes inundando el lugar de notas imperceptibles y las miradas indiferntes de ojos multicolores me hacían, sencillamente, una persona inmensamente feliz....
un saludito

Anónimo dijo...

Seguramente no extrañare a la manada, lo que si extrañaré será recordar la voz de aquella persona no identificada que mencionas en tu relato... por que al tener en mi memoria ese sonido... lo hare de todos ustedes...
Saludos,